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Las personas desmotivadas que no realizan ninguna actividad

presentan los mismos síntomas que las personas estreadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así lo ha constatado José Antonio López Rodriguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada

 

¿A qué se debe? Sencillamente, los circuitos cerebrales alterados por situaciones mantenidas de estrés y que modifican los mecanismos circadianos, de alimentación, ansiedad, etc. son los mismos, o similares a los producidos por personas desmotivadas, sin interés y con poca o nula actividad social e intelectual.

 

Se cree que el estrés sólo está relacionado con las prisas, con una vida "non-stop", el trabajo, etc. No obstante, esto dista de la realidad. La desmotivación, la falta de interés, son factores que inducen a experimentar síntomas que ponen en marcha el mecanismo encargado de generar estrés (en este caso del estrés nocivo y no adaptativo).

 

Según el experto, en ocasiones se confunde estrés con aburrimiento, pues no hacer nada o no tener objetivos o motivaciones provoca en el cerebro una reacción de química que se traduce en agobio y ansiedad. Esto puede desembocar en serias consecuencias tanto a nivel anímico como emocional.

 

La solución, propone Lopez Rodriguez, es preguntarnos qué nos solía gustar o qué nos gusta y hacerlo. Levantarnos del sofá y ponernos a ello sin excusas de tiempo y aunque no tengamos ganas. Al cabo del tiempo, se genera una rutina y esta obligación pasa a placer. El cerebro se amolda a la nueva situación asociando aquello que hacemos a satisfacción generando endorfinas y serotonina, hormonas relacionadas con la felicidad y el placer, y alejándonos de aquellas otras provocadas por el estrés.

 

Fuente: www.psiquiatria.com

 

 

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