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Aunque existen pocas prescripciones para afrontar la pérdida y cada persona tiene sus tiempos para afrontar cada desafío que hemos descrito en la entrada anterior del blog. No obstante, sí es cierto que se pueden dar ciertas "sugerencias" para aquellas personas que no sepan cómo actuar ante este proceso personal y que les puedan ayudar a la elaboración exitosa de éste.
Adaptarse a la pérdida:
Tomarse en serio las pequeñas pérdidas: Por ejemplo, al cambiarnos de escuela, de instituto, experimentando los sentimientos sentidos por la mudanza de ese amigo de infancia a otro país, etc.
Tomarse tiempo para sentir: Encontrar momentos para nosotros mismos. Espacios donde podamos reflexionar sobre lo que nos ocurre, lo que pensamos, lo que sentimos. Un espacio "egoísta" donde nadie más pueda acceder.
Encontrar formas sanas de expresar el estrés ocasionado por la pérdida: Buscar maneras constructivas para dominar al estrés ocasionado por la situación: hacer ejercicio, leer, iniciar algún hobbie pendiente...
Dar sentido a la pérdida: Se parece mucho a uno de los desafíos planteados. En lugar de obligarnos a desterrar pensamientos negativos, sentimientos de trsiteza, etc sobre la pérdida, podemos permitirnos espacios donde obsesionarnos con ella. Negándola, solo conseguimos darle más poder. No obstante, tenemos que tener cuidado con no caer en un círculo vicioso donde solo dominen los pensamientos de la pérdida. Tan solo podemos darnos un espacio y un tiempo para ello, no generalizarlo.
Confiar en alguien: Encontrar personas en las que poder confiar para descargar nuestra rabia, nuestro dolor, etc. Familia, amigos, e incluso profesionales.
Dejar a un lado la necesidad de controlar a los demás:Las otras personas implicadas en la pérdida también tienen su propio proceso de elaboración de duelo. No debemos obligarlas a seguir nuestro ritmo, pues cada una tiene su camino y sus tiempos.
Ritualizar la pérdida de un modo que tenga sentido para nosotros: Se utiliza mucho por ejemplo, con personas con cáncer que han sufrido una amputación de algún mimebro del cuerpo. Se recomienda realizar un funeral, una ceremonia de despedida para dicho miembro. Despedirse de alguien o algo de una manera adecuada es CLAVE para un buen duelo pues las personas necesitamos poner fin d euna manera adecuada a todo aquello que nos rodeó.
No resistirse al cambio: Lo mejor es abrazar estos cambios producidos por la pérdida ,buscando las oportunidades que presentan para el crecimiento, independientemente de lo agridulces que puedanresultar, esforzarnos por crecer con la experiencia de la pérdida,
Cosechar el fruto de la pérdida: Debemos dejar que nuestras reflexion.es constructivas encuentren una forma de expresiónen acciones adecuadas, quizás ayudando a otraspersonas que lo necesiten.
Centrarse en las propias convicciones religiosas: Revisar y renovar las creencias religiosas y filosóficas, buscando una espiritualidadmás profunda y templada.
Como vemos, son pequeñas claves que nos pueden ayudar a superar una pérdida. Evidentemente, cada persona podrá aplicarlas en función a diferentes factores: momento de la pérdida, tipo de pérdida, edad, sexo (hombres y mujeres superan una pérdida de manera diferente), etc.
Lo importante es no creer que se está solo ante un proceso de tal calibre. Podemos encontrar muchos apoyos como grupos de ayuda mutua, profesionales, famíliua, amigos, etc. Aunque el principal elemento somos nosotros mismos.
Fuente: Neimeyer, R.A. Aprender de la pérdida. Una guía para afrontar el cambio.